dilluns, 30 de gener del 2012

Frank de la Jungla y la Fundación Mona


Siempre he sido muy reacio a ver documentales de animales, donde a menudo la visión antropocéntrica del hilo argumental tergiversa la realidad, llegando al punto de interpretar la Teoría de la evolución de las especies como una transformación con una finalidad por sí misma o a cambios fruto de la voluntad propia de los individuos de una especie, con frases al más puro estilo Pokemon como “esta rana ha desarrollado unos colores vivos para ahuyentar a los depredadores”.

Las necesidades de mejorar la audiencia de estos espacios han generado la aparición de programas como “El último Superviviente”, emitido por la cadena Cuatro, dónde el presentador, conocido como Bear Grylls, entraba en la selva para recordarnos que el ser humano aún es capaz de matar, explotar y utilizar para su propio beneficio sin ningún tipo de escrúpulo el resto de animales y medio, vaya por donde vaya, a cualquier rincón del mundo, o la actual versión española llamada “Frank de la Jungla”.

Este último programa, hará una visita a la Fundación Mona, según informa la página web de la organización con la finalidad de “acercar la fauna de la península y sensibilizar sobre la tenencia de mascotas exóticas”. Reconozco que para este tipo de organizaciones el acceso a los medios de comunicación suele ser limitado y se vive cada oportunidad como una forma de promoción, y especialmente en caso de un programa en una cadena de ámbito estatal en prime time, pero no todo vale, la imagen de los animales que dan estos programas se encuentra muy lejos de la que promueve el movimiento para los derechos de los animales (y hasta me atrevería a decir, del movimiento ecologista). Creo sinceramente que la actividad de la Fundación Mona (www.fundacionmona.org) se merece un trato más respetuoso, para sus beneficiarios y para los que le dan soporte.

divendres, 20 de gener del 2012

De prejuicios y similitudes


Hoy estaba revisando un artículo que escribí hace unos meses sobre el ascenso del fascismo en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. En el artículo hay estos párrafos:

[...] junto con el bombardeo de campañas de comunicación agresivas que se lanzaron durante este período facilitaron la manipulación de millones de personas. Es importante tener en cuenta la fortaleza e intensidad de esta manipulación ideológica, que no sólo afectó a la población analfabeta, sino también supo convencer (aunque no a  todos) los intelectuales de la época.
La ideología fascista, que pone énfasis en la superioridad moral de la propia raza en detrimento de las otras consiguió que parte de la población alemana redujera su círculo moral, provocando que las vidas de las personas fuera del grupo no tuvieran ningún valor y pudieran ser masacradas sin ninguna objeción moral (o al contrario, entendiéndolo como una mejora de la raza).

Si ahora sustituimos los motes específicos que hacen referencia al régimen fascista y lo reemplazamos por la problemática especista obtenemos lo siguiente:

[...] junto con el bombardeo de campañas de comunicación agresivas que se lanzaron durante este período facilitaron la manipulación de millones de personas. Es importante tener en cuenta la fortaleza e intensidad de esta manipulación ideológica, que no sólo afectó a la población analfabeta, sino también supo convencer (aunque no a  todos) los intelectuales de la época.
La ideología fascista especista, que pone énfasis en la superioridad moral de la propia raza especie en detrimento de las otras consiguió que parte de la población alemana humana redujera su círculo moral, provocando que las vidas de las personas de los animales fuera del grupo no tuvieran ningún valor y pudieran ser masacradas sin ninguna objeción moral (o al contrario, entendiéndolo como una mejora de la raza).

Creo que las conclusiones son obvias

diumenge, 15 de gener del 2012

Interpretaciones sesgadas


Las imágenes de los marines norteamericanos orinando sobre los cadáveres de personas de origen afgano (talibanes, según algunos periódicos llegan a especificar) han dado la vuelta al mundo. Los medios de comunicación y la opinión pública han criticado duramente este vídeo, llegando a pedir responsabilidades penales para los autores, ya que la profanación de cadáveres es un crimen de guerra.

Se nos ha pasado por alto un aspecto fundamental: ante una imagen que nos recuerda tristemente a las fotos de cazadores con sus trofeos de caza nos hemos olvidado de ver la foto completa y plantearnos que unos soldados han matado a dos personas. Desconociendo la situación real del caso, ni preguntándonos las posibilidades de detención para ser juzgados, ni si tuvieron asistencia médica en caso de resultar heridos durante el ataque,... nos preocupa sólo que luego se les orinen encima.

De alguna forma, Estados Unidos ha conseguido normalizar sus acciones de guerra. Cualquier ataque, cualquier asesinato queda automáticamente justificado sin pasar ni por la opinión pública ni por un sistema judicial internacional independiente. La salida a la luz de estos vídeos es una oportunidad que tiene una vez más la administración americana para lavarse la cara investigando la autoría de este acto deplorable y desviar así la atención a la población de los problemas reales de estar en guerra

dijous, 12 de gener del 2012

¿Por qué me lo tomo todo tan a pecho?

¿Por qué tener un plato de carne enfrente me provoca (curiosamente cada vez más) una incomodidad que hace que me aísle de la conversación de la mesa? ¿Y por qué esta incomodidad se convierte en tristeza y decepción con las personas que a las que quiero?

Durante todos estos años no he aprendido a asumir que estoy rodeado de explotación animal. Lo cierto es que tampoco lo he intentado, ya que no creo que eso tenga consecuencias muy positivas para los animales y tampoco pienso que sea capaz de hacerlo. Pero el hecho es que aún hoy me sorprende ver lo que la gente compra en las paradas de los mercados, ver los carros de la compra de los supermercados o pidiendo en un restaurante. Es una pequeña decepción que te llevas día a día, de forma continua, sólo por el hecho de salir de casa.

Para analizar esta incomodidad puedo hacer la reflexión desde otro punto de vista: ¿Cómo reaccionaría la gente si por ejemplo, me posicionara a favor de la superioridad de la raza blanca e incluyera en mi día a día discursos y actividades que fomentaran el racismo? Con toda seguridad, dejarían de incluirme en su grupo, y con razón. Aún así, si todos estamos de acuerdo que el especismo tiene las mismas raíces que el racismo, ¿por qué estoy tan convencido que aislarme de según quien no es la mejor solución?

Seguramente la respuesta la encontramos a hechos como el soporte legal y la aceptación generalizada de la sociedad en la lucha contra algunos tipos de prejuicios, suporte que de momento no tiene el movimiento por la abolición del especismo, y a la vez en la necesidad de relacionarnos en sociedad.

Pero esta respuesta no me soluciona mi problema: quiero estar cómo con la gente a la que quiero. ¿Alguna propuesta?

Un café con sal

El origen de este Blog se encuentra en varias conversaciones de cafetería con amigos con los que comparto la experiencia de intentar vivir dentro de nuestra sociedad, respetando los derechos de todos los animales, hecho que no suele ser nada fácil.

Apropiándome de sus aportaciones al debate, nos encontramos en un momento en el que aunque es cierto que nunca habíamos tenido tantas facilidades por ser veganos, con la apertura de tiendas y restaurantes especializados, el ánimo se agota. La ilusión de cambiar el mundo haciendo activismo por los derechos de los animales en alguna organización desapareció hace unos años, convirtiéndose en una decepción que se agrava poco a poco cada vez que te das cuenta que hasta tu entorno más inmediato (familiares, amigos, pareja,…) todo el mundo sigue anclado en la comodidad social que envuelve el especismo. Además, a medida que van pasando los años y te alejas de la adolescencia, la sociedad deja de perdonarte lo que considera extravagancias fruto de un idealismo que sólo se permite a la juventud e intentan normalizarte de una forma más o menos sutil.

A pesar de todo, las ganas continúan y la función de este Blog es compartir vivencias, pensamientos, opiniones o lo que surja procedentes de esta lucha diaria, que muchas veces no puedo expresar simplemente porque sé que la respuesta que voy a obtener no será de comprensión sino que ha llegado un momento que lo máximo a que aspiro es a un silencio incómodo por parte de mi interlocutor.